Antaño
Volverás,
adalid de mil batallas
por mis túneles postrado
¡Amor impío!
Ya en los muros milenarios
las leyendas
se han tatuado
viejos crímenes proscritos.
¡Abrázame, que tengo frío!
Muda niebla
que tortuosa
a ti te busca
por la tinta
de mis versos escondidos
en el lienzo
de los besos que despojan
sus raíces
en jazmines argüidos.
¡Abrázame, que tengo frío!
Ruge el vástago
temblando en la arbolada
por las hojas
poseyendo los caminos
como fieras
que devoran los lamentos
en confines
de otros tiempos extruidos.
¡Abrázame, que tengo frío!
Palpita el verde
al estupor de la contienda
sosteniendo
las quimeras en los libros
fantasías
del silencio y las secuelas
de este amor
que en nuestras almas sigue vivo.
¡Abrázame, que tengo frío!