Poema de Graciela Langorte
EL PORQUÉ DE LAS ESPINAS
En memoria de EL PRINCIPITO de Antoine de Saint-Exupéry
Principito , préstame una sola página de tu Libro.
Quiero recorrer cada una de tus letras.
Necesito ausentarme por un rato.
De éste mundo cruel que me lastima.
Déjame entrar en ese espacio
tan Pequeño y fructífero de tu vida.
Necesito respirar la esencia suave
de tu única rosa que te cautiva.
Sembré muchas, pero ninguna como esa.
Me ha dejado tan clara la enseñanza,
de el porqué lleva puestas sus espinas.
Quiero saber más de ese planeta
que aún siendo tan pequeño,
ha llenado tu alma de sabiduría…
Hoy estuve contigo en el desierto
Caminé por las páginas de ese libro,
que te tiene prisionero de por vida…
He escuchado con deleite tus consejos,
y he reído a carcajadas con tu risa.
Principito, yo no sabia que para salvar la pureza
en éste mundo, muchas veces
hay que cubrirse con punzantes espinas.
Hoy te busco en cada estrella titilante,
y con orgullo exclamo… “esa es la mía”.
Ahí está la rosa mas hermosa,
una rosa protegida por espinas.
Aprendí de tu gran sabiduría,
que las cosas mas lindas
se buscan desde el corazón…
Por eso, principito, desde hoy,
serás, ejemplo, luz y amor para mi vida.