Poema de Bozena Helena Mazur-Nowak
¿Cómo puedo decírtelo, hijo?
¿Cómo puedo decirte, hijo mío,
que ya no hay hogar,
que se quemó tu caballo balancín,
que no tengo nada para comer para ti?
¿Cómo puedo decirte, hijo,
que el techo desde el que mirábamos
el cielo estrellado se derrumbó por completo un día antes?
¿Cómo puedo decirte, hijo,
que ya no puedes ver a tu querida abuela?
Quedó atrapada y murió bajo los escombros de la casa.
¿Cómo puedo decirte, hijo,
ese abuelo también se ha ido para siempre?
Fue a salvar a la abuela pero en cambio
murió quemado vivo.
¿Cómo puedo decirte, hijo,
que no hay calle en la que creciste,
y conocías tan bien cada rincón de ella?
¿Cómo puedo decirte, hijo,
que papi se fue al cielo anoche?
Murió en el hospital salvando la vida de otras personas,
mientras éste era bombardeado por un enemigo.
¿Cómo puedo decirte, hijo mío,
que tienes para vivir, aunque el mundo se está muriendo
ahora, aunque el mundo se está quemando?
Aunque ahora eres un niño, recuerda,
el espíritu inmortal todavía vive en nosotros.
Nos conecta en necesidad y nos permite sobrevivir
sin importar cuán difícil sea nuestra vida ahora.
Derrotaremos al Monstruo, que ha atacado
insidiosamente durante la noche,
y estaremos habitando en la tierra de nuestros
ancestros, ya que es nuestra tierra y nos pertenece!
Traducción: Ana María Manuel Rosa