Poemas de Pavol Janík
El concierto
¡No temas al rebuzno súbito de la orquesta!
Aún no significa que el dirigente
ha visto mi mano en tu rodilla.
Permite un beso.
Date cuenta de que el sexo te alarma no más que
la música está inquieta por el aplauso.
Somos profesionales
Basta enchufarnos la luna al crepúsculo,
como la moneda metida al autómata.
Partidarios de belleza se estremecen de asombro
y a coro declaman el himno.
Ascendemos naturalmente al cenit
como el globo frívolo.
Ya envidiamos hasta a nuestra fama.
El homenaje
Rompes el cielo
por movimiento de manos.
Tus adoradores afectos
están en éxtasis.
Tantos admiradores
que sólo el archivo conoce
sus nombres.
¿A cuántos aun vas a fascinar?
Deseas otra fiesta en tu homenaje,
al menos un poema,
el corusco de desfile rimbombante.
Tengo el honor,
el oropel ennoblecido.