Poema de Miroslava Ramirez
Una historia que naufraga
¡Otra vez la misma historia!
Unos ojos que fluían sobre mi.
Destellos de mensajes dulces
resbalaban ternura y promesas sin romper.
Labios musitando verdades tan efímeras
mentiras monumentales
como pintadas
en la plástica de los muros
del alma,
con matices polícromos
de sensaciones imposibles.
Solo tu y yo, sentados a la mesa ,
con la vida.
Me trajiste flores diminutas y perfumadas.
Y yo te miraba, como el asombro
de la vez primera…
todo por descubrir…
Tus promesas sonrientes,
verdades eternas.
No tocaron a nuestros cristales
ni la guerra de lejanos
o cercanos continentes,
ni la miseria humana globalizada,
ni la nieve en pleno mes de mayo,
ni las pasiones de labios ajenos.
El mundo llenaba los bolsillos.
Y el amor nos salía por los poros…
Y la risa , por los codos.
Pero sin saber como…
Nos tocó ser payasos, acróbatas del miedo,
o trapecistas del sueño y la libertad.
Un día despertamos sin reconocer
aquel par de ojos que fluían.
El gris y la bruma .
El desencanto impaciente y voraz
como un viento invernal, abriendo los brazos.
nos cerca con su abrazo ,
ya no hay suspenso,
sólo la soledad;
ha llegado la hora.
Duele buscar el fruto prohibido
De aquel paraíso perdido.
Este final absurdo de un amor suicida.
Sin mañana.
Esta historia no la entiendo.
Ay vida mia!
¡Genial!